La discriminación racial me empujó a luchar por la autonomía
“Aurelia Patterson, la mujer Sumu- Mayangna autónoma”
Por dra. Myrna Cunningham

Conocí a Aurelia en la década de los 80, defendiendo la revolución, luchando por la paz, negociando la autonomía. Ella misma nos decía, “si la revolución vino para ayudarnos, debemos defenderla” y, ahora recuerda de esos días, que “trabajamos hasta que se logró la paz, una paz que costó muchas vidas, confusiones y separaciones de familias, pensamientos diversos, pero al final, lo logramos por el bien común, un destino común, que es la autonomía”. Y es que, en 1986, con la aprobación de una nueva Constitución Política, el Estado nicaragüense dio un paso trascendental en la búsqueda de transformar las relaciones con los Pueblos Indígenas y comunidades étnicas que vivimos en la antigua Moskitia, hoy denominada Costa Caribe de Nicaragua. La autonomía – regional y multiétnica- se discutió y aprobó en el contexto de un proceso de negociación para la paz. El pluralismo étnico- la multietnicidad- se transformó en un principio del Estado nicaragüense.
La autonomía multiétnica, aprobada a través de la Ley 28 en 1987, se basó en tres principios que se complementaban entre sí, y siguen siendo válidos: el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Indígenas y afro descendientes, los principios de la Revolución Sandinista y la soberanía del Estado Nicaragüense. La multietnicidad, pasó a ser un elemento central para que las y los indígenas y afro descendientes pasáramos a ser ciudadanos nicaragüenses plenos, para construir una conciencia de unidad nacional respetando la diversidad étnica- cultural y, para comenzar a crear condiciones políticas, económicas, sociales y culturales para asegurar la convivencia interétnica.
En ese proceso de lucha por la paz y la autonomía, se destacó Aurelia, una mujer Sumu-Mayangna que había nacido en Wasakin. Creció acompañando a sus padres en la siembra y la pesca. Desde pequeña detectó un problema serio en su comunidad: no podían bañarse en el río Bambana, ni usar el agua, porque estaba contaminada de cianuro y cal; “nos habían envenenado nuestra agua las empresas mineras norteamericanas. Nuestros padres nos prohibían hasta mojarnos los pies en el río, teníamos que buscar agua para beber y lavar ropa en criquitos (riachuelos) alejados. Sufrimos los efectos de la contaminación en carne propia: mis padres fueron envenenados por comer pescado del río, mis tíos murieron con diarrea de sangre, incluso en 1978, 45 niños y niñas de mi comunidad, murieron”.
Aurelia nos cuenta que la discriminación racial la empujó a luchar, “entender que la pobreza no era parte de la cultura de mi pueblo. Nos hicieron creer que la pobreza era parte de nuestra identidad, que la pobreza era parte de la cultura Sumu, de nuestra espiritualidad”. Otro fenómeno que le llamó la atención desde niña era que, “sólo los hijos de los trabajadores de las empresas transnacionales podían acceder a la educación, hasta 1974, solo cuatro Sumu- Mayangna habían logrado terminar la secundaria”. Por eso se propuso aprender a hablar el español, para enfrentarse a la discriminación racial y colaborar como traductora para los ancianos de las comunidades.
De la lucha en esos años recuerda los “momentos que tuvimos que enfrentar al gobierno somocista, en tiempos del Instituto Agrario Nacional, cuando nos querían titular 50 manzanas por comunidad; los ancianos se opusieron, y fundamos en 1974 la organización nacional Sumu, SUKAWALA, y en 1975, yo ya era miembro de la Junta Directiva, aunque apenas había cumplido 20 años, aprendí a pelear, por eso no me dio tiempo de estudiar, sólo andaba con los ancianos luchando”.
El modelo de gobernanza actual en las Regiones Autónomas, es un sistema de articulación varios niveles de autonomía: comunal, territorial, municipal y regional. Para los Pueblos Indígenas y Afro descendientes en la Costa Caribe, buen gobierno, se entiende como la articulación entre esos diferentes niveles de autoridades autónomas, que en conjunto deben promover el desarrollo local, asegurando el reconocimiento y respeto de los derechos históricos de los habitantes multiétnicos.
Como resultado del proceso de autonomía, pero especialmente con la demarcación y titulación de tierras comunales a partir de 2003, los Pueblos Sumu- Mayangnas, Miskitus, Ramas, Kreoles y Garífunas se han involucrado en un proceso de reconstitución de sus territorios indígenas tradicionales. Un territorio indígena está conformado por varias comunidades indígenas que cuentan con sus propias autoridades y jurisdicción. Las autoridades comunitarias de los respectivos territorios, se organizan en una Asamblea de conformidad a los Artículos 4 y 5 de la Ley 445, para la elección de la autoridad territorial.
El Pueblo Sumu-Mayangna, integrado por variantes lingüísticas Panamahka, Tuahka, Yuskuh y Ulwah, viven en 75 comunidades, organizadas en 9 territorios indígenas ubicados en ambas Regiones Autónomas y el Alto Coco y Bocay, en una extensión de tierras colectivas demarcadas y tituladas a su favor de 8,101 Km.2 Para la coordinación y conducción como Pueblo, están articulados en el Gobierno de la Nación Sumu Mayangna.
Aurelia ha sido autoridad en varios niveles. Fue vice alcaldesa del Municipio de Rosita a partir del 2009 por dos períodos, “para garantizar que nuestro proyecto funcionara”, durante mi período, construimos 300 viviendas, reparamos iglesias, escuelas, puestos de salud, construimos el complejo del Gobierno de la Nación Mayangna.”
Es presidenta del Gobierno Territorial Indígena Tuahka desde 2017, uno de los 25 gobiernos territoriales indígenas y afro descendientes de las Regiones Autónomas, y como ella nos dice, “logramos también la autonomía territorial, un sueño que la generación de mis mayores no pudo ver hacerse realidad. Un territorio donde podemos hablar nuestra lengua sin miedo, ser nosotros mismos.”
Aurelia es también miembro del Consejo Regional Autónomo, que por mandato legal debe tener una composición multiétnica y con paridad de género. Como representante del Pueblo Sumu-Mayangna, tiene el cargo de la Primera Secretaría de la Junta Directiva. Ha recibido el premio al liderazgo de mujeres indígenas del Foro Internacional de Mujeres Indígenas.
Una de las competencias del Consejo Regional Autónomo es asegurar la participación igualitaria de mujeres y hombres en los órganos de administración pública en todos los niveles. Para ello han adoptado una Política de igualdad de género vigente en toda la Región. Desde esa instancia, Aurelia nos recuerda que ahora hay más mujeres Sumu Mayangna participando en diversos espacios, “actualmente, existen cada vez más mujeres abogadas, juezas, estudiantes, comerciantes, varias maestras, enfermeras, entre otras”.
Aurelia nos recuerda que el camino recorrido ha sido porque “quiero estar al frente de las luchas de mi pueblo, mi preocupación ahora es mejorar la autonomía, asegurar la aplicación de la ley desde nuestro propio corazón”. Agrega que “hay gente que cree que la autonomía es mágica, no entienden que debemos construirla desde nuestro propio corazón, lo mágico somos nosotros, las mujeres y los hombres de cada comunidad y cada Pueblo” y concluye haciendo un llamado, “la autonomía la hacemos todos los días con nuestro trabajo”.
Publicado originalmente en la revista digital IN TEMPO el 16 de mayo del 2021